La juramentación del recién designado “gobernador” del territorio en reclamación Guayana Esequiba ha desatado una nueva ola de controversia en la política venezolana. Y no es para menos: el acto se llevó a cabo no en suelo del Esequibo, sino en el estado Bolívar, a cientos de kilómetros del territorio en disputa.
La ceremonia, que tuvo lugar en Tumeremo, estado Bolívar, fue transmitida por canales oficiales como un acto de “reafirmación soberana”, pero no tardaron en llover las críticas desde todos los frentes: ¿cómo puede juramentarse un gobernador sin pisar el territorio que dice gobernar?
“Esto es una farsa simbólica. Si el Esequibo es nuestro, ¿por qué el gobernador no puede siquiera ir allá?”, se preguntó un analista político que prefirió mantenerse en el anonimato. En redes sociales, las etiquetas #GobernadorVirtual y #EsequiboDeLejos se convirtieron rápidamente en tendencia.
Gobernación de aire
El gobierno venezolano ha insistido en su soberanía sobre el Esequibo, una vasta región rica en recursos naturales actualmente administrada por Guyana. En diciembre pasado, un referéndum respaldó mayoritariamente la creación de una nueva entidad federal que incluiría este territorio. Pero desde entonces, la implementación ha estado marcada por gestos simbólicos, documentos, mapas y discursos… pero ningún paso físico sobre el terreno.
Incluso simpatizantes del gobierno han comenzado a cuestionar la estrategia. “Un gobernador sin territorio, sin sede, sin despacho… ¿es eso gobernar?”, comentó un militante del PSUV en una asamblea local.
¿Avance o montaje?
Para el oficialismo, la juramentación desde Bolívar es un paso dentro del marco legal y político que consolidará la soberanía venezolana sobre el Esequibo “de forma progresiva y pacífica”. Sin embargo, para críticos, se trata de un acto de propaganda sin sustancia ni consecuencia territorial real.
Guyana, por su parte, no ha emitido un comunicado formal sobre el acto, aunque fuentes diplomáticas señalaron que lo consideran parte de una “escalada retórica sin efecto práctico”.
¿Qué sigue?
Mientras tanto, la nueva figura del “gobernador del Esequibo” continúa generando más preguntas que respuestas: ¿tiene presupuesto?, ¿puede tomar decisiones reales?, ¿habrá alguna vez un despacho en territorio Esequibo… o seguirá gobernando desde la distancia?
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