La prohibición, que sigue vigente para peatones y vehículos, había generado malestar entre los pescadores, quienes entre los meses de julio y principios de septiembre realizan faenas con atarrayas y anzuelos desde el malecón de la capital guayanesa. Para ellos, esta actividad no solo es parte de su sustento económico, sino también una fuente esencial de proteína para sus familias.
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José Hernández, vocero del Consejo de Pescadores de San Jonote, destacó que la medida fue tomada sin considerar la opinión de los principales afectados: los pescadores artesanales.“Consideramos que es hora de abrir el paso en las zonas del Paseo Orinoco que no fueron afectadas por la crecida del río”, expresó.
Hernández también señaló la importancia de que, en futuras contingencias, las autoridades consulten a los pescadores antes de implementar restricciones. Desde el consejo de pescadores de San Jonote, sostienen que áreas como Puerto Blohn podrían haberse mantenido activas sin riesgo, permitiendo así la continuidad de sus labores.
Reanudación de actividades con precaución
Aunque la suspensión de la prohibición ha sido bien recibida, los pescadores reconocen la necesidad de mantener precauciones ante posibles nuevas crecidas del río. No obstante, aseguran que su experiencia les permite identificar las zonas seguras para trabajar sin poner en peligro sus vidas.
Con la reapertura parcial del Paseo Orinoco para la pesca, los trabajadores del río esperan recuperar el tiempo perdido y seguir llevando alimento a sus hogares.
📝EDG/Jesus González
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