Llegó a La Guaira en 1785, con su madre, María Isabel Gómez. Autodidacta, adquirió una formación, conocedor de varios idiomas. A los 23 años, expresó su voluntad de ayudar a la independencia de Venezuela en 1797.. Con el general Francisco de Miranda sirve a la República como alférez de Navío, tomando parte en acciones en Puerto Cabello y en el combate de Sorondo, en Guayana en 1812; y a la caída de la Primera República, se refugió en Trinidad. Con el grado de coronel, firma el "Acta de Chacachacare", en el grupo de patriotas liderado por el general Santiago Mariño en la Campaña de Oriente; y será uno de los militares más exitosos en la segunda etapa de la independencia. Piar forma parte de la expedición libertadora que desembarca en Güiria (enero de 1813). El 20 de marzo de 1813 defiende Maturín contra el ataque del gobernador de la Provincia de Barcelona, Antonio Zuazola;
Organiza la primera escuadrilla naval de Venezuela, con la cual derrota a los buques enemigos entre Puerto Francés y Chuspa (18 de noviembre de 1813) y establece el bloqueo naval de Puerto Cabello, en combinación con el sitio impuesto por el Libertador Simón Bolívar.
Se unió a las tropas de Bolívar, llegó a ser General en Jefe a los 43 años de edad, caso único, ascendido por sus propios compañeros de armas y luego ratificado por El Libertador, pero su condición de pardo (nombre de mestizo en la época colonial) le llevó a tener problemas con sus superiores criollos (blancos), incluyendo al propio Bolívar que formaban parte de los mantuanos. Sin embargo, el propio Libertador trató de disuadirlo de sus intenciones, escribiéndole el 19 de junio de 1817: ". La patria lo necesita a Ud. hoy como lo que es y mañana habrá de necesitarlo como lo que por sus servicios llegare a ser".
Manuel Piar participó en 24 acciones de guerra y sólo igualó en una de ellas, en contra del español asturiano José Tomás Boves en el sitio de El Salado en octubre de 1814. Fue héroe de las batallas de El Juncal (1816) y San Félix (1817) que prácticamente liberó toda Guayana, y fue él quien en Angostura creó la base de retaguardia de vital importancia para los éxitos de 1819 e invitó a establecerse en ella al Libertador.
Existe la creencia de que, aunque Piar anhelaba la independencia, también deseaba el poder y el derecho político y social de los mestizos, denigrados por el sistema colonial y cuya situación aparentemente no cambiaría con la hipotética derrota de los realistas. Así que decidió conspirar contra Bolívar y su ejército, dirigido por casi todos los blancos de la oligarquía mantuana de Caracas, con el fin de promover una guerra de castas. Sin embargo, algunos autores han aducido la posibilidad de que la Conquista de Piar en Guayana, y sus innumerables victorias en el campo de batalla, aunado al aprecio de sus subalternos, crearan ciertos recelos y asperezas en Simón Bolívar, quien probablemente terminó conspirando con otros próceres para enjuiciarle y fusilarlo por supuesta traición a la patria.
En 1817 fue capturado en Aragua de Maturín por el general Manuel Cedeño, llevado a juicio según el Decreto de Conspiradores de agosto de 1813 y condenado a muerte el 16 de octubre de 1817 en Angostura (actual Ciudad Bolívar) por los delitos de insubordinación, deserción, sedición y conspiración, siendo presidente del Consejo de Guerra su paisano el almirante Luis Brion y el Fiscal Carlos Soublette. El capitán Fernando Galindo, quien era su enconado enemigo, fue escogido, sin embargo, por el reo como su defensor, logrando éste que se desestimasen los cargos de insubordinación y deserción.
Sobre su fusilamiento se conocen los cargos del juicio, pero no se sabe si los motivos fueron justificados o personales, debido al odio irreconciliable de sus acusadores hacia él. Se creía que ese odio se debía por lo buen soldado y guerrero que expulsó a los españoles que ocupaba el sur del Orinoco.
Decía Bolívar en su manifiesto explicativo del 5 de agosto, “el general Piar ha formado una conjuración destructora del sistema de igualdad, libertad e independencia”, por lo que decide conjurar definitivamente un riesgo tan inminente e inmenso. Aunque trató de arrastrar a Mariño, para que le secundara, Piar se quedó solo. Detenido por Cedeño, fue trasladado a Angostura, donde tras ser juzgado en Consejo de Guerra presidido por su coterráneo el almirante Luis Brion, fue pasado por las armas el 16 de octubre de 1817.
Eran la 4 y 40 pm aproximadamente cuando el General Piar soberbio y firme en sus propósitos terrenales, oyendo al pie de la Bandera del Batallón de Honor oyó nuevamente la sentencia a muerte. Saludó a la bandera y se sentó en el banquillo de los condenados, abriéndose la esclavina exigiendo a sus ejecutores que apuntasen bien a su corazón que a pecho desnudo y sin la venda en sus ojos,; exclamando una vez más el grito de la libertad. ¡¡¡ Viva la Patria!!!!, cayendo su cuerpo destrozado por la descarga de polvora y conducido a destino incierto y desconocido para la historia.
Al General Piar le fue negada la cristiana sepultura, no fue a campo santo como lo establece para los católicos confesos El Sacramental de Las Exequias del Ritual Romano del Papa Pablo V publicado en 1.614 y vigente hasta el Concilio Vaticano II de 1962 y en razón de ello La Iglesia Catolica de Angostura en 1817 y ante la muerte trágica de nuestro Libertador de Guayana Manuel Piar explica la inexistencia de los documentos de actas de defunción y certificaciones que indique el destino de sus restos mortales.
¿Qué puede impedirnos autorizar su inhumación en cualquier lugar de nuestra Guayana e inclusive en nuestro vasto territorio nacional y el territorio de la Gran Colombia en suya autoría independentista logra los primeros territorios liberados para luego ser instaurada la absoluta libertad?
¿ Es Piar merecedor de su condición post- morten?
Tenemos una gran deuda con la historia de nuestra independencia.
Bibliografía Consultada.
Ritual Romano del Papa Pablo V
Hildelisa Cabello, Manuel Piar y su trance al más allá
Manuel Alfredo Rodríguez, Bolívar en Guayana
Escrito Por Atife Habib Cronista de Upata.
Upata 16/10/2019
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