Rodríguez explicó que el contexto actual ofrece condiciones excepcionales para atraer inversiones y desarrollar proyectos de gran escala en el sector gasífero. Según la funcionaria, Venezuela ocupa el puesto 23 en producción y el 27 en consumo de gas, pero cuenta con un potencial aún mayor: las reservas más grandes del hemisferio occidental y las octavas del mundo, con avances técnicos que podrían posicionar al país entre las cuatro principales potencias gasíferas del planeta.
En su exposición, la ministra destacó que la demanda de gas en América Latina y el Caribe aumentará un 132 % en los próximos años, un crecimiento que, dijo, coloca a Venezuela como actor clave para atender las necesidades energéticas regionales. Además, subrayó que el gas natural no solo es una fuente esencial para la producción y la industria, sino también un pilar de la transición hacia energías limpias, al servir como base para el desarrollo del hidrógeno verde.
La alta funcionaria también resaltó la importancia de la cooperación con Rusia, país con el que recientemente se firmó un Tratado de Asociación Estratégica y Cooperación Energética. Este acuerdo —afirmó— permitirá ampliar los intercambios tecnológicos, fortalecer la soberanía energética de ambas naciones y abrir nuevas oportunidades en el comercio internacional de gas.
Rodríguez concluyó su intervención señalando que Venezuela se encuentra en una etapa de reposicionamiento energético, donde la exploración, producción y exportación de gas se presentan como ejes fundamentales de crecimiento. Con ello, el país busca proyectarse como una potencia gasífera emergente, capaz de responder a la creciente demanda mundial y de contribuir a un modelo energético más equilibrado y sostenible.
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